Orcos de Odressa

Poco se sabe de los dioses orcos antes del cataclismo que convirtió Erunia en un desierto de cenizas. Siglos después al establecer relaciones con los bárat, estos les enseñaron los secretos del mundo espiritual y a contactar con los elementales. Pese a que orcos y bárat respetan y veneran al Bélgantain, su forma de hacerlo varía, debido a la distancia que los separa. Por tanto, los espíritus elementales se han convertido, para lo orcos, en espíritus guía a los que recurren cuando se encuentran en una encrucijada importante, incluso el Kilanesh-Baurak (Consejo Tribal) no toma decisiones trascendentales sin antes haber consultado con sus elementales acerca de si la situación es o no propicia. Todo orco, independientemente de su oficio o clan familiar posee un guía elemental que se une a él a través de un rito nada más nacer. Este espíritu afín acompañará al recién nacido durante el resto de su vida.

A diferencia de los bárat, sí que poseen culto y rituales, pero estos están reservados exclusivamente a sus chamanes e invocadores. No obstante, los orcos suelen dirigirse o hablar con los espíritus, aunque no tengan la capacidad o el entrenamiento para recibir una respuesta directa de ellos.